
LA EXPORTACIÓN EN UN PAÍS DESARRAIGADO COMO ARAGÓN
En tiempos de crisis la lógica neoliberal siempre echa mano del típico mensaje “hay que apoyar a los emprendedores y empresarios para generar empleo y salir de esta crisis”. Desde una lógica marxista- por supuesto que los puestos de trabajo son fundamentales para salir de una crisis – entraríamos a debatir si éstos son “creados” o “necesitados” por los Empresarios/as, pero no cabe duda que los impuestos generados por los trabajadores (IRPF) y las empresas (Impuestos sobre Sociedades (IS), Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE), Impuesto sobre el Valor Añadido, Retenciones e ingresos a cuenta, …) son “fundamentales” para superarla y poder mantener los Servicios Públicos.
En el caso de empresas no residentes en territorio español -Aragón sigue sin contar con Hacienda propia- el pago de impuestos se centra en la tributación por las rentas obtenidas en nuestro territorio, mediante el denominado Impuesto sobre la Renta de los No Residentes (IRNR). Pero no cabe duda de que estas empresas extranjeras sacan una rentabilidad de su negocio que es directamente reportado al territorio de donde es originario (Head Quarters), donde también tributa y donde se encuentran buena parte de los trabajadores de puestos cualificados que controlan estas empresas exteriores. En Aragón nos encontraríamos con que las primeras empresas por facturación -Opel, BSH Balay, Alliance Healthcare (SAFA), Sabeco, Esprinet Iberica (antigua Memory Set), Fujikura (antigua aragonesa ACE), Adidas o Mann & Hummel- son extranjeras. Con excepción de un cuarto puesto para SAICA y una potente Pikolín. Llama la atención la malograda Schindler, que después de décadas aprovechándose de su instalación privilegiada en Zaragoza, dejó nuestro territorio con cientos de despidos. Son unos 5 millones de euros de facturación para Opel, 1.5 para BSH y 1 millón para SAICA.
Por otro lado, no hay ninguna duda de que la mano de obra y los trabajadores, aportan impuestos allí donde viven. El territorio que muchas veces les ha formado, ha invertido en su educación y ha alimentado durante estos años. Pero, ¿qué hay de las empresas, en este caso aragonesas, que han llegado a desarrollarse gracias a la mano de obra aragonesa, subvenciones y formación en nuestros centros, y sin embargo tributan para España o en el extranjero?… y lo que es peor, no invierten ningún esfuerzo en vender imagen del territorio que les vio nacer, Aragón.

Fábrica de componentes de la suiza Schindler en el Polígono Empresarium de Zaragoza
Otro caso es el, por todos conocido, de empresas como Amazon, Inditex, Airbnb, Google,… empresas que operan en Aragón, pero tributan la totalidad de los impuestos de sus ventas en plazas offshore de tributación blanda, a través de ingeniería fiscal en sus filiales de Irlanda, Holanda o Suiza.
El pasado 15 de julio una sentencia del Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) anulaba la multa a Apple por la competencia desleal que Irlanda ejercía al resto de Estados miembros y otras asentadas en el país, al arreglar acuerdos con Apple y otras empresas tecnológicas, y no cobrar impuestos si asentaban sus bases europeas allí, desde donde facturan la mayoría de sus beneficios en la UE. La multa obligaba a Irlanda a cobrar 13.000 millones de euros en impuestos no recaudados durante años a Apple.
El problema es que Irlanda, al igual que Holanda, Malta u Luxemburgo se han convertido en paraísos a la carta de las grandes multinacionales. Ofreciendo pactos específicos, llamados tax ruling, a los que se suma que países como Irlanda tengan el menor Impuesto de Sociedades (IS) de toda la UE (12,5%). Empresas como Google o Facebook centralizan todas sus ventas. Así si compras un teléfono de Apple en una sede aragonesa, ésta compra el terminal a la sede irlandesa a más de un 90% del precio que tú pagas. De esta manera la filial aragonesa apenas obtiene beneficio, no paga casi impuestos en Aragón (por desgracia en España) mientras que la filial irlandesa obtiene grandes beneficios (por los que paga menos de la mitad de impuestos) y muchos más su sede central en California.
Empresas como Inditex, Nike, Uber, Netflix, Ikea… actúan de la misma manera. Tal y como he comentado, en un momento como el actual, en el que la crisis del covid-19 y su caída en ingresos tributarios hacen necesarias enormes vías de financiación. Las multinacionales se libran, y países como Irlanda siguen escurriendo el bulto, mientras los países se hunden en una nueva crisis, y siguen aumentando su deuda pública al no poder encontrar vías para que las empresas paguen lo que les toca. No digamos en Aragón, donde la falta de impuestos tributados con los que España le dota en su estado de Comunidades, deja sus vías de financiación con muy poca cintura.
A esto hay que sumar las cuentas de beneficios que empresarios españoles tienen en paraísos fiscales confirmados como Luxemburgo, Suiza, Panamá o Andorra. No dudamos de que algún aragonés habrá en esta lista.
A todas se nos llena la boca al hablar de Aragón, de empresas respresentativas de nuestro país, que tendrían que llevar nuestra imagen por el mundo (o el estado) y tendrían que ser ejemplo de nuestra tecnología y saber hacer; Ambar, Pikolín, Imaginarium, Panishop, Frutos Secos Rincón, Balay, Saica, Vinos con D.O. Borja, Somontano, el sector hortofrutícola de Aragón, el del aceite, Transportes Sesé… A nadie se les escapa a día de hoy que una imagen internacional, vanguardista y conocida, da mucha ventajas y oportunidades a la hora de firmar nuevos contratos, por no hablar de la atracción de nuevas empresas.

Bodegas Langa (Calatayud) renuncia a mostrar Aragón en los mercados internacionales
Está función de embajadores de Aragón debería haber sido ejercida por multinacionales aragonesas como Imaginarium, SAICA, Pikolín, Bodegas D.O., Coop. Frutícolas… o de amplia implantación estatal como Ibercaja, Quirón, Real Zaragoza S.A. o Ambar.
En el caso de las tres primeras han llegado a contar con numerosos centros de fabricación y distribución por el mundo. A las que debemos añadir las recientes adquisiciones de nuevas plantas (Pikolín), donde en la mayoría de las ocasiones, ni tan siquiera sus empleados saben del origen aragonés de su planta matriz. Algunas como Ibercaja hace tiempo que decidieran trasladar su “centralidad” a Madrid, desarraigando la poca imagen que tuvo antes de trasladarse, o la de su absorbida compañera de viaje “CAI”.

Diferentes Facilities que Pikolin posee en el mundo
Ya a nadie se le hace raro ver la desaparición de equipos deportivos aragoneses, ya ni hablaremos del deporte femenino, en las que la falta de implicación de las empresas aragonesas deja un panorama desolador, o en el mejor de los casos caer en el ostracismo de segundas divisiones. Del mismo modo podemos aplicar esta desidia a la falta de patrocinios en proyectos musicales, culturales o de investigación.
Lógicamente esto no es así en todos los países industrializados. La implicación y radicación de sus “Head Quarters” (centrales) suele estar en el ADN de las S.A., y las luchas por el control de sus porcentajes de accionariados suelen ser duras, con la implicación de sus respectivos gobiernos. Uno de los casos más sonados últimamente ha sido el del control de la vasca Gamesa por la alemana Siemens, la venta de la Americana GM en Europa en favor de la francesa PSA y en el ámbito aragonés la compra de la aragonesa “Matachín” con capital mayoritario de la catalana “Padesa” o Memory Set comprada por la italiana Esprinet Iberica.
Conviene recordar el inhóspito sistema para Aragón de las Sociedades Cooperativas, que en muchos casos obligadas por las circunstancias del mercado y la globalización deben abrirse a mercados extranjeros. Unas veces adquiriendo subempresas ya consolidadas, que nunca entrarán en el sistema cooperativo, pero otras veces abriendo sus propias cooperativas en otros países. La consolidación de estos mercados y el mantenimiento de la central en su lugar de nacimiento, ha hecho de las cooperativas vascas un modelo de expansión para su Industria. Con la inversión de sucesivos gobiernos en un producto local y la consolidación de una marca.
La salida a luz pública, y polémica, por el contrato del Gobierno Español, con la cooperativa Mondragón Assembly en China y la Cooperativa “Bexen Medical” para la fabricación de mascarillas en Etxebarria (Bizkaia), en plena crisis del Coronavirus, es uno de los ejemplos mas esclarecedores.
La noticia fue utilizada en medios por la ultraderecha, para atacar las relaciones del gobierno español con la coorporación Mondragón, tachado por los sectores españolistas como “etarra” y ligada al abertzalismo.
El ministro de Sanidad Illa anunció en plena crisis que fruto de un acuerdo con esta cooperativa producirían unos 10 millones de unidades mensuales de mascarillas hasta completar un pedido de 60 millones. El acuerdo comprendía también la fabricación de las máquinas productoras de mascarillas, a través de la Cooperativa afincada en Kunshan (China), Mondragón Assembly, que sería protegida con aviones del ejercito para transportar sus máquinas al País Vasco una vez fueran construidas.
Al parecer, la Coorporación Mondragón habría recibido la llamada de la directora de la Agencia Española del Medicamento, María Jesús Lamas, para saber si tendrían capacidad para fabricar mascarillas en el menor tiempo posible. Según parece no hubo ninguna otra empresa “española” capaz de asegurar este suministro.

Polígono Industrial de Mondragón S. Coop. En Kunshan (China)
El caso de Kunshan es muy representativo con un polígono industrial específicamente desarrollado para las Cooperativas vascas de Mondragón. La ciudad de 1.651.000 habitantes, en el cinturón industrial de Shanghai, es un ejemplo de evolución industrial de un medio semirural, típico de China en los últimos 20-30 años. Polígonos como el de Jiangsu sirven a las empresas vascas para expandir su modelo industrial, su marca de país y el desarrollo de sus Head Quarters. El ejemplo de la Cooperativa “Mondragón Assembly” inaugurada hace sólo 1 año en este polígono es un buen ejemplo de implantación del modelo industrial vasco, hasta tal punto que el Gobierno español ha tenido que requerir sus servicios para garantizar su suministro de mascarillas, en un mercado mundial saturado y sin garantías de éxito.
La instalación de empresas vascas y la Coorporación Mondragón en China no es nuevo. Y es fruto de una tradición de varios décadas, durante las cuales el apoyo de sus gobiernos, la estrategia de marca en expansión y la ayuda de vascos/as expatriadas ha sido fundamental. La “ikurriña” ondeando a la entrada del polígono y su Hotel-Restaurant/Baserria en el centro del polígono son todo un símbolo. No hay visita oficial de las autoridades españolas o chinas que no pasen por estos dos símbolos.
Imagen que hacen valer allá donde exportan cualquiera de sus productos y sirve para consolidar su marca de país con amplios beneficios en ventas, turismo o inversiones.
No querría terminar este artículo sin remarcar la gran ayuda que supone en estos proyectos de expansión, el empuje y complicidad de la diáspora de un país. Personas que hace décadas tuvieron que dejar su país, por cuestiones de pobreza, guerras o en busca de un futuro mejor. Y que ahora, incluso habiendo pasado 1 o 2 generaciones, no les tiembla la voz a la hora de proclamar sentirse “vasco”, “catalán”, … o “aragonés”. Mercados como el sudamericano, europeo o norteamericano son buenas muestra de ello.
Pero esto me gustaría analizarlo mas detenidamente en otro artículo mas adelante. Junto a la marca “Aragón”, tan denostada en las últimas decadas, que incluso es díficil de reconocer por todos estos aragoneses, que al igual que sus abuelos, se instalan cada vez más por Europa y el mundo en busca de un futuro laboral mejor.

Polígono industrial de la Coorporación Mondragón en Kunshan- Hotel-Restaurant/Baserria